Titulo: “Cuestión de perspectiva”
Autora: Ororo / Lady Orochimaru /Orochi.
Clasificación: PG~
Parejas: Steve Rogers /
Tony Stark – Stephanie Rogers / Natasha Stark.
Género: Romance, un poco de universo alterno.
Sumario: “Un accidente en el laboratorio de Reed trae consigo
reveladoras consecuencias, en especial para cierto genio multimillonario.
Natasha Stark ha venido para darle una nueva perspectiva sobre su relación con
Steve Rogers, después de todo si a un súper genio se le suma instinto femenino Toni
tiene más de una cosa que decir”
ADVERTENCIA: Libre interpretación de los multiversos marvel, porque
yo se que existen muchos universos y que
cada uno de ellos se caracteriza por distintas cosas, yo quise inventar uno en
donde los sexos estén intercambiados, quizás algún día indague más en ese
mundillo.
Nota de la autora: No mucho que decir, tenía este fic perdido en mis archivos esperando ser terminado, y después de toda la odisea que ha sido la película de avengers, encuentro mas que ideal revivir mi cuenta de ff.net con un fic de estos geniales súper héroes.
Ororo.
“Cuestión de perspectiva”
Natasha Toni Stark era una mujer de muchas contradicciones.
Por un
lado era la clase mujer que disfrutaba de las constantes fiestas, de los
lugares repletos de gente hermosa y del buen alcohol, y por otro lado era una
trabajólica dedicada por completo a sus propios experimentos, convencida de que
por sí sola podría cambiar el mundo, que solo bastaba intentarlo.
Su vida era la vida de una celebridad, de fiesta
en fiesta, gozando de las libertades que el dinero y un crecimiento sin
restricciones podían brindar. No solo era una mujer hermosa y joven, sino que
también era inteligente. Aunque quizás la palabra inteligente no cubría por
completo lo que era Natasha Stark, la palabra genio, le definía mejor.
Pero eso
no era todo lo que conformaba la carismática figura que era la señorita Stark,
esos solo eran detalles, lo que todo el mundo veía, lo que todo el mundo sabía
de ella, pero había cosas que solo ella había vivido y que a solo unos pocos le
había confiado.
Natasha
Stark había tenido que vivir una experiencia cercana a la muerte a manos de sus
propias armas, un secuestro, torturas, un escape marcado de sacrificio y la
presión de darse cuenta de que su vida era un torbellino que parecía estar
llevándole a un abismo para así tomar una decisión que cambiaría su vida por
completo.
Ella
tenía mucho más que entregar, más que un reinado de armas de destrucción
masiva, ella tenía los medios para cambiar el mundo, para hacerlo un lugar
mejor, y estaba dispuesta a hacerlo, los recientes acontecimientos le habían
devuelto la vista, le habían dado toda una nueva perspectiva.
Si quería
que el mundo cambiara, tendría que cambiarlo ella misma, aunque tuviese que
hacerlo con sus propias manos.
Y así fue
como Natasha puso manos a la obra, de manera bastante literal, fue así como Iron Woman nació.
La
aparición de Iron Woman anunció el inicio de una nueva era, si bien no era la
primera que estaba dispuesta a ayudar a la gente, a cambiar el mundo, sería
gracias a ella que el mundo conocería el más grande grupo de héroes que alguna
vez se hubiese creado.
La era de
los súper héroes acababa de comenzar.
La era de
los Avengers.
La vida
de la genio multimillonaria Natasha Stark había dado un vuelco tras el
secuestro, pero había sido el descubrimiento de la Capitana Rogers el que le
había dado un nuevo giro a la existencia misma de la mujer, no solo porque la
Capitana América era una heroína de su niñez, no por todo lo que esta significaba,
sino que como persona estaba a su lado luchando por un mismo objetivo, estaba a
su lado para hacerla reconsiderar su propia vida.
Stephanie
Rogers era todo lo que el mundo había dicho que era, y según Natasha incluso más
que eso, era simplemente perfecta, y cuando se refería a perfecta, no tenía
mucho que ver con la perfección relacionada al suero del súper soldado, iba mas
allá. Pero Toni y Steph eran dos mujeres demasiado diferentes, sus roces eran
discusiones que los demás Avengers parecían querer ver y al mismo tiempo
evitar, ambas eran demasiado testarudas para ceder ante la otra, pero de la
misma manera que eran diferentes eran complementarias, y había bastado solo
unas palabras bien dichas de parte de otro integrante de los Avengers para darse
cuenta de ello.
No había
tomado mucho más para que su relación diera un vuelco para mejor. Si por
separado eran increíbles, juntas eran imparables.
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El
laboratorio resonaba con la música que si bien parecía relajar al dueño, hizo
fruncir el ceño a su asistente. Si no fuera porque sabía que los cimientos de
la casa estaban reforzados para resistir ataques importantes, temería por su
seguridad al ver algunos pedazos de metal retumbar sobre la mesa de trabajo de
su jefe.
Simplemente
no podía entender cómo podía relajarse escuchando música tan estruendosa,
suspiro para luego apagar la música, no estaba dispuesta a gritar para ser
escuchada.
-
¿Por qué siempre tienes que apagar mi
música? – dijo levantando
la mirada de lo que sea que estaba haciendo, clavando sus ojos en la mujer que
acababa de entrar.
-
Porque no escucho ni mis pensamientos con
ella a todo volumen. – soltó
con voz tranquila, esta era una situación de todos los días.
-
Eso es preocupante, quizás deberías ver a
un medico – ella le miró
con ojos reprochantes enarcando una ceja. - Solo
decía – dijo él volviendo la mirada a lo que estaba haciendo, al parecer
arreglando una parte de la armadura, o quizás simplemente obsesionándose sobre
ella como de costumbre. - ¿Necesitas algo
Pepper?
-
Reed llamó para confirmar que iras a
visitar su laboratorio.
-
Había olvidado el experimento – Pepper desvió la mirada de su ipad para
mirar a Tony.
-
¿Experimento? – inquirió con voz suave, Pepper era su asistente y
su amiga, era parte de su trabajo preocuparse de cosas como esas, en especial
si incluían a Reed Richards.
-
Una clase de portal en la que está
trabajando, nada serio ni peligroso.
-
Dos palabras que normalmente van
relacionadas con el Doctor Richards. – le dijo ella mostrando un poco mas de preocupación en
su rostro, Tony le sonrió de medio lado.
-
Lo sé, pero esta vez no es nada, solo será
una prueba, nada más.
-
Está bien – ella volvió a mirar la pantalla de su ipad – ¿Le llamó para decirle que vas en camino?
-
¿Ahora? – Tony se sentó derecho en la silla y la miró
atentamente.
-
Se supone que ahora – ella soltó un suspiro cansado mientras
marcaba y anotaba algunas cosas en la ipad, Tony desvió la mirada de regreso a
lo que estaba sobre su mesa de trabajo, intentando ignorar la mirada penetrante
de su asistente.
-
Ya – soltó con voz derrotada – Avísale a Happy que estaré en la entrada en 10 minutos.
-
Que sean cinco.
-
Cinco serán. – y tras eso Tony pudo escuchar como su asistente salía
del lugar con paso firme, con el sonido de sus tacones resonando en el liso
piso del laboratorio.
Tony no
tenía como decir que no, cuando se trataba de Pepper simplemente no había forma
de negarse o de siquiera negociar, así que dejando lo que estaba haciendo se
colocó de pie y salió del laboratorio rumbo a su habitación para arreglarse un
poco antes de salir, después de todo, tenia puesta una polera manchada de grasa
y unos pantalones holgados que apenas se sostenían en sus caderas.
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Solo era
una prueba, nada más y nada menos, Reed quería probar si realmente era posible ver otras dimensiones, o incluso
ir a otras dimensiones, las probabilidades eran enormes, para eso era el
experimento, Reed quería saber si era seguro intentar interactuar con otras
dimensiones.
Era de
conocimiento general que las dimensiones paralelas eran bastante reales, pero
Reed quería ir mas allá, quería cruzar la fina línea que separaba a unas de
otras, quería poder ver y comparar que tan diferentes podían llegar a ser, que
tan distinta era nuestra dimensión a las otras.
Solo era
una prueba, nada de esto debió haber pasado, o eso era lo que repetía una y
otra vez Mister Fantastico moviéndose de un lado a otro intentando detener la
luz que parecía haberlo cubierto todo en el laboratorio.
-
¿Es que acaso nada puede salir como se
planea? – soltó Tony
cubriéndose los ojos, la luz era cegadora, podía escuchar a Reed moviéndose de
un lado a otro, también podía escuchar los quejidos.
¿Quejidos?
Se
suponía que solo estaban los dos en el laboratorio, nadie mas estaba presente,
entonces ¿Quién se quejaba?
-
Reed….creo que tenemos un problema – dijo Tony como quien no quiere la cosa.
-
¿Problema? – al fin la luz se había disipado, de manera brusca
los tres presentes se encontraron en una completa oscuridad, para luego se iluminados
por las luces del laboratorio. - ¿Tenemos
un problema?
-
Oh si - le respondió
con voz baja - ¿Quién es ella? –
inquirió el multimillonario señalando a una mujer arrodillada en el suelo,
parecía estar herida o algo por el estilo por los quejidos que estaba soltando,
Tony se acercó a ella con cuidado. - ¿Estás
bien?
-
Si, si la maldita caída me dejó algo
desorientada – ella se
colocó de pie sin ayuda de Tony, se sacudió los jeans que llevaba puestos y se
acomodó la polera de tirantes negra que llevaba, la que dejaba a la vista su
escote y su…
-
Un reactor – soltó Tony mirándola con los ojos abiertos de par en
par.
-
Si, es un reactor – le respondió ella levantando la vista para
mirarle, era más baja que él, de cabello largo castaño amarrado en una coleta, su
rostro le parecía extrañamente conocido - ¿Te
conozco? – soltó ella primero achicando la mirada.
-
Iba a preguntar exactamente lo mismo.- Reed Richards se acercó a los dos con pasos nerviosos. ¿Por qué nada de lo que
hacia podía salir como lo planeaba?
-
Tony – dijo mirando al Avenger con cierta aprehensión.
-
¿Sí? – respondieron los dos al mismo tiempo, Tony y la
mujer. Ante aquella respuesta ambos se miraron más detenidamente, había algo
allí, algo que ambos acababan de entender pero que no se atrevían a decir en
voz alta.
-
Creo que algo pasó por el portal a nuestra
dimensión – le informó Reed. Aquello era obvio, la mujer había
pasado por el portal, ella era de otra dimensión y Tony estaba teniendo una
idea bastante clara de quien se trataba, pero ¿Era eso posible?
-
Si, creo que yo también lo note Reed. – la mujer se cruzó de brazos y los miró.
– Un placer señorita, Soy Tony Stark – dijo
el multimillonario extendiendo su mano hacia ella, la que enarcó una ceja,
sonrió de medio lado y tomó la mano ofrecida con firmeza.
-
Un placer, Natasha Toni Stark – le respondió ella, sabiendo la clase de
reacción que su nombre provocaría en ambos hombres.
-
Eso no puede…- estaba diciendo Reed, cuando la mujer le interrumpió
-
Es bastante posible, si esto – dijo señalando el portal – es lo que creo que es, es bastante probable. – ella se cruzó de brazos - Aunque igual me sorprende estar aquí, no
creí que fuese posible saltar de una dimensión a otra – dijo ella con
cierta emoción en la voz, mirando con admiración el portal que la había traído
hasta acá.
-
No era posible hasta ahora, tú eres la
primera en hacerlo. – Tony
la miró con curiosidad – Así que… - comenzó
- eres yo…
-
Si – ella sonrió de manera coqueta, con aquella sonrisa que
el mismo había utilizado millones de veces – Les diría que me llamaran Toni, pero si lo hicieran tendríamos una leve
confusión, así que Tasha estará bien por ahora
-
Creo que necesito trabajar en este portal –
soltó Reed pasando la
mirada de un Stark al otro.
-
Eso sería lo mejor, no es por nada pero mi
dimensión esta sin Iron Woman, es cosa de tiempo para que Steph comience a
buscarme y se arme un caos cuando no me encuentre – dijo Tasha sonriendo con cariño.
-
¿Iron Woman? – inquirió Reed.
-
¿Steph? – Tony no reconocía el nombre.
-
Stephanie Rogers, la capitana – le respondió como si aquello fuese lo mas
obvio del mundo, Reed abrió sus ojos en sorpresa y la miró, Tony tenia la misma
expresión, Tasha pasó la mirada de uno a otro, notando la sorpresa en sus
rostros, al parecer había más diferencias entre dimensiones de las que creían
en un principio.
-
¿Stephanie Rogers? –
inquirió
Tony mirándola.
-
Por tu sorpresa asumo que aquí no es
Stephanie- soltó ella como
quien no quiere la cosa - Es un hombre
¿No es así? – continuó ella cruzándose de brazos, ya comenzaba a entender
cómo funcionaba esta dimensión. Una sonrisa se dibujó en sus labios, esto sería
divertido.
-
Si.
-
Estoy segura que debe ser tan atractivo
como la mujer que conozco – Reed
tosió haciéndose el desentendido, comenzando a trabajar en arreglar el portal,
mientras que Tony simplemente desvió la mirada de Tasha.
-
Quizás. – Natasha rió con fuerza ante el evidente nerviosismo de
los dos hombres, esto realmente sería divertido, sin borrar su sonrisa se sentó
sobre una de las mesas que había en el laboratorio y cruzó sus piernas, mirando
con sumo interés a su contra parte masculina, quien parecía no querer mirarle
del todo.
-
¿Y cuanto tiempo llevan juntos? – preguntó ella de la nada.
-
¿Juntos? – ahora si tenia toda la atención de Tony.
-
Vamos Tony no te hagas el desentendido
conmigo. – dijo ella – No es como si hubiese muchos secretos entre
nosotros, porque con solo mirarte puedo saber que hemos vivido por las mismas
cosas, ¿Qué tan diferente puede ser esta dimensión de la mía?
-
Partiendo por el hecho de que al parecer
todos tienen el sexo cambiado en tu dimensión
-
No me cambies el tema, responde mi pregunta
– lidiar consigo mismo
seria entretenido, Natasha siempre había sido curiosa ante la idea de las
dimensiones paralelas, y mas de una vez se había preguntado si en alguna parte
habría una versión de ella masculina.
-
No sé de qué estás hablando – ella rió ante la evidente evasiva. Oh si,
esto sería divertido.
-
Oh Tony~
-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-
-
Siempre supe que serias una mujer
atractiva. – Fue lo
primero que dijo Tasha al encontrarse frente a frente con Pepper, la que sin
sorprenderse enarcó una ceja ante la otra mujer. Realmente existían muy pocas
cosas en este mundo que podían sorprender a la asistente de Tony Stark.
-
¿Visitas Sr. Stark? – inquirió con ese típico tono de reproche
que siempre usaba cuando desaprobaba las decisiones de su jefe pero simplemente
no quería decirlo en voz alta.
-
Oh si – le respondió Tony, para luego mirar a Tasha en busca
de ayuda, su contraparte femenina rió, entendiendo el mensaje detrás de la
mirada.
-
Tasha Stark, para servirle Señorita Potts.
– se presentó la mujer con
una sonrisa coqueta, sonrisa que Pepper ya conocía de memoria.
Pepper
guardo silencio. Miró detenidamente a Tony por largos minutos, luego miró a
Tasha, pasó la mirada de uno a otro, analizándolos, hasta que finalmente notó
el reactor brillando en el pecho de la mujer.
-
¿Cómo es esto posible? – La pelirroja miró a Tasha con una ceja
arqueada, volviendo a analizar cada detalle, la forma en la que estaba de pie,
la forma en la que sin importar el hecho de que era sin lugar a dudas del sexo
femenino, era exactamente igual a su jefe. Las similitudes eran mas que inquietantes.
-
El experimento de Reed no salió como debía
– soltó Tony a modo de
explicación encogiéndose de hombros.
-
Porque eso no me extraña – le respondió Pepper.
-
A mi tampoco – dijo Tasha de la nada, la que ahora caminaba por la
sala pasando la mirada por el lugar con interés. - ¿Aun vives aquí? Pensé que ya estarías viviendo en la mansión. – Tony
la miró con duda en sus ojos, Tasha solo movió la cabeza y suspiro – No importa, me gusta esta casa – soltó
ella ignorando por completo a su contraparte masculina, el que simplemente
decidió acercarse a conversar privadamente con Pepper.
-
¿Cuánto tiempo se quedará? – inquirió la pelirroja, Tony se cruzó de
brazos.
-
No lo se realmente, Reed dijo que iba a
trabajar lo mas rápido posible en arreglar el problema, y por lo que dijo Tasha
no podemos arriesgarnos a que se quede mucho tiempo. – le explicó el multimillonario casi en
susurros, a pesar de que toda esta información ya era conocida por Tasha, por
alguna razón prefería hablar con Pepper así, mantener esa sensación de
privacidad, la que al parecer había perdido al momento que su contra parte
femenina había hecho acto de presencia. Después de todo …
¿Qué se
puede esconder cuando te encuentras contigo mismo?
-
Debe tener cosas importantes que hacer en
su propia dimensión. – dijo
Pepper mirando a Tasha. – Si quieres
puedo conseguirte algo de ropa para usar mientras tanto – soltó hablándole
a la morena, la que se volteó y la miró
con una sonrisa de medio lado.
-
Eso sería bueno – le respondió – Nada ostentoso – palabras que le ganaron miradas de sorpresas – No estoy aquí para trabajar, unos jeans y
unas poleras serán más que suficientes – Tasha pudo ver como Tony iba a
interrumpir – Ni pienses en decir algo al
respecto, tu sabes que a pesar de lo genial de los trajes, adoras la simpleza
de un par de pantalones holgados y un tank top. – Tony cerró la boca de
inmediato, mientras que Pepper rió.
-
Realmente esto será interesante. – dijo la pelirroja volteándose para salir
a cumplir con lo dicho.
-
¿Cierto que si? – Rió Tasha. Pepper sonrió para luego mirar
su tablet y recordar porque había venido
en primer lugar.
-
A lo que realmente venia, Steve regresó a
la ciudad y estará aquí dentro de poco – soltó Pepper como quien no quiere la cosa.
-
¿Y me lo vienes a decir ahora? – Exclamó Tony pasando sus manos por su
cabello, revolviéndolo en el proceso.
-
Tu me distrajiste con tu hermana gemela
perdida – le respondió Pepper
para luego abandonar el lugar, dejando a los dos Stark a la merced del otro.
El
silencio pareció durar una eternidad, Tony no sabia como reaccionar ante la
mujer. Toda su vida había sabido como coquetear y seducir a cualquier que
estuviese a su alcance, pero esta mujer, era él, la sola idea de coquetearle le
provocaba un enorme rechazo, y no era el hecho de que la mujer no fuese
atractiva, porque realmente lo era, con su baja estatura y su cuerpo de leves
pero elegantes curvas, con el cabello largo y ondeado, la simpleza de su
vestuario acentuaba su belleza natural, pero por mas hermosa que la considerara
en su cabeza, no podía evitar verla como la hermana gemela que nunca tuvo, lo
cual era curioso, nunca creyó que llegaría a sentir algo como esto.
-
Te he dicho que adoro tu barba~ - soltó Tasha de la nada, la que se había
detenido justo frente a Tony sin que este lo notara y que ahora recorría con
una de sus manos el mentón de su contraparte.
-
Creo que no… - le respondió, al tenerla tan cerca pudo notar como los
ojos castaños de Tasha, parecían tener un poco de verde, algo que nunca había
notado en sus propios ojos.
-
Se ve bien, define tu rostro – le dijo ella con voz suave y con una leve
sonrisa en sus labios. Tony la miró detenidamente, era impresionante como el
rostro de Tasha le recordaba al de su madre, a pesar del hecho de que la mujer
era su versión femenina, nunca se había puesto a pensar que tanto se parecía a
su madre, no hasta ese preciso momento.
Y de la
nada, la puerta volvió a abrirse, y por esta hizo acto de presencia Steve
Rogers, el que venía concentrado revisando unos papeles, por lo que no notó a
los otros dos hasta que simplemente se
detuvo frente a ellos.
Ambos
Stark se quedaron en completo silencio.
Steve enarcó
una ceja pasando la mirada de uno a otro, notando lo cerca que estaban, como la
mujer vestía ropa cómoda, como estaba acariciando el rostro de Tony, algo se apretó
en el fondo de su estomago, ante la familiaridad que pudo percibir entre los
dos.
¿Quién
era ella?
-
¿Tony? – inquirió con voz suave, empujando aquella sensación
muy parecida a celos a lo más profundo de su ser. – No sabía que estarías ocupado.
-
Steve…- Tony iba a decir algo, lo que sea, pero Tasha se movió
antes de que ninguno de los dos pudiesen decir o hacer algo.
-
Por todos los dioses… - soltó acercándose a Steve y deteniéndose a
escasos centímetros del rubio, al que tenía que mirar hacia arriba. Era alto y
atractivo, ella sonrió de medio lado – Son
realmente parecidos – dijo en un susurro, mas para ella que para los otros
dos – Si que eres alto, Steph es alta,
pero tú lo eres aun mas, gosh – Steve pudo ver como algo en la mirada de la
mujer parecía suavizarse, como si reconociera algo en sus propios ojos. El
rubio pudo ver sorpresa y luego un enorme cariño pasar por la mirada de la
mujer. ¿Por qué se le hacía tan familiar? – Dios,
extraño a Steph. – soltó casi en un suspiro, triste y nostálgico – No pude decirle que iba a estar ocupada
hasta tarde…debe estar buscándome.
-
Ya encontraremos una forma de regresarte a
tu hogar – le dijo Tony
colocando una mano en el hombro de Tasha, ante ese gesto algo en Steve pareció
hacer click, eso y el hecho de que ahora podía ver claramente el reactor en el
pecho de la mujer, no que hubiese estado mirando eso, pero el brillo había
captado su atención, después de todo, la única persona que poseía uno era Tony.
-
Tony – volvió a decir con cierta duda - ¿Quién es ella? – Tasha dibujó una sonrisa algo triste y se encogió
de hombros. Estaba cansada de lidiar con todo esto, extrañaba su hogar, y en
especial, extrañaba a Stephanie, nunca estaban separadas sin avisar, y
realmente no sabía cuanto tiempo estaría atrapada aquí. Ya no tenia ganas de
hablar.
-
No tengo ganas de seguir conversando – dijo alejándose de ambos, con el rostro
marcado por cierta tristeza – ¿Puedo
dormir en tu habitación? – inquirió mirando a Tony, a lo que el moreno
asintió de inmediato.
-
Por supuesto – respondió - ¿Sabes
donde esta?
-
Conociéndonos, por supuesto que lo se – le dijo con una leve sonrisa – Un placer verlo capitán – dijo a modo de
despedida, para luego alejarse de ambos, sin siquiera dudar en sus pasos se
adentro por el pasillo hasta la habitación de Tony.
Vieron a Tasha
desaparecer por el pasillo, para luego escuchar el sonido de una puerta
abriéndose y luego cerrándose. El silencio envolvió a los dos Avengers, Tony se
pasó una mano por el rostro en un gesto cansado y Steve soltó un suspiro,
ninguno de los dos miro al otro.
-
¿Qué sucede? – fue lo primero que pregunto Steve a Tony, siguiendo al
moreno, el cual había comenzado a caminar hacia el centro de la sala para luego
dejarse caer en uno de los sofás.
-
Uno de los experimentos de Reed, un portal
dimensional, no salió como se esperaba, hubo un accidente, y bueno…ella
apareció – le dijo con
cierta simpleza, a pesar de que no era tan simple como sonaba.
-
¿Y quién es ella? – Steve quería escucharlo de los labios de
Tony, pues ya tenía una idea de quien se trataba, después de todo, no era
difícil adivinarlo con todas las pistas que habían quedado en evidencia con
solo ver a los dos morenos interactuar juntos, las similitudes eran innegables.
-
Natasha Stark – le dijo cerrando los ojos un segundo – Al parecer en una dimensión en vez de ser
hombre, soy mujer – dijo sin darle mayor importancia – Bueno, no solo yo, al parecer todos los que son hombres aquí, son
mujeres allá y viceversa.
-
Entonces…eso significa que tenemos a una
contraparte tuya de otra dimensión aquí. – dijo como afirmación, no como pregunta.
-
Exacto. – le dijo mirándole con firmeza – Y por lo que ella alcanzó a decirme, es solo cosa de tiempo para que se
arme el caos en su dimensión a causa de su desaparición.
-
Pero… ¿Reed está trabajando en eso cierto?
– Steve cansado de mirar a
Tony desde arriba, decidió sentarse junto a este en el sofá, intentando no
fijarse demasiado en como la polera que el moreno llevaba puesta se había
subido un poco al dejarse caer, dejando al descubierto un pedazo de piel. Tragó
con dificultad.
-
Si, Reed debe estar trabajando en ello en
este momento, por eso preferí traer a Tasha aquí para que este más tranquila. –
le explicó Tony pasando
una mano por su cabello.
-
Ella podría ayudar.
-
Lo sé, pero…por alguna razón siento que
somos nosotros quienes tenemos que arreglar esto, no ella.
-
Tiene cierto sentido – Steve le miró atentamente, cuando de
repente recordó algo que Tasha había dicho - ¿Quién es Steph? – soltó como si nada a lo que Tony se largo a
reír.
Steve
tuvo que esperar a que el multimillonario terminara de reírse, lo que tomó unos
cuantos minutos, antes de volver a preguntar quién demonios era Steph.
-
¿Y?
-
Steph, es Stephanie Rogers, tú – señaló con una sonrisa de oreja a oreja,
analizando el maravilloso rostro de sorpresa del rubio, lo que ganó otra tanda
de risas.
-
¿Stephanie Rogers? – inquirió.
-
Si.
-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-
El cielo
estaba oscuro y el reloj en la cocina marcaba las dos de la mañana, no se
escuchaba ningún ruido, la mansión estaba en completo silencio, a excepción por
los suaves pasos de alguien caminando descalzo por los pasillos.
Steve se
había despertado hace unos pocos minutos y ahora simplemente no podía regresar
a dormir, así que optando por quedarse despierto se encaminó hacia la cocina,
quizás algo de comer o beber podría ayudarle a dormir.
Cuando entró
a la cocina, lo primero que notó es que no estaba vacía, lo segundo que notó
fue el hecho de que la persona que estaba despierta y con una taza de té en sus
manos no era otra que Natasha Stark, la morena llevaba puesta una polera de
Tony y unos short que bien podrían haber sido de Pepper o de la Viuda Negra.
-
Oh – Steve se detuvo en el umbral de la puerta, sin saber
qué hacer, Tasha rió con suavidad.
-
No te preocupes por mi – le dijo ella – Se supone que tu vives aquí, yo soy solo una invitada. – Dijo para
luego beber de su té con calma, Steve sonrió de medio lado.
-
¿Cómo sabes que vivo aquí? – soltó sin meditarlo mucho realmente, para
arrepentirse unos segundos después.
-
Stephanie también vivió conmigo un tiempo
antes de que nos trasladáramos a la mansión Avenger. – El rubio enarcó una ceja, la mansión
Avenger era el proyecto en el que Tony estaba trabajando en estos momentos, así
que la dimensión de Tasha no solo era diferente en el detalle del sexo femenino
o masculino, sino que también ellos estaban adelantados en el tiempo.
-
¿Viven en la mansión Avenger?
-
Si, llevamos un tiempo viviendo allí. – Tasha sonrió con cierta nostalgia para
luego dejar su tasa en el mesón - ¿Quiere
algo de beber? – Fue con esa pregunta que Steve recordó porque había venido
a la cocina en primer lugar.
-
Algo de comer no estaría mal – Ambos rieron suavemente, no querían
despertar a nadie más.
Pasaron
unos cuantos minutos en completo silencio, Tasha se preparó otra taza de té,
mientras Steve rebuscaba en el refrigerador algo para comer, pero por mas de
que estuviese mirando en el interior de este, su atención estaba en la mujer,
mil y un preguntas se agolpaban en su cabeza, tenia curiosidad, quería saber
que mas cosas podía contarle Natasha de su propia dimensión.
-
¿Qué tan diferente es tu dimensión de la
nuestra? – soltó Steve de
la nada, sin poder aguantar mas su curiosidad, a lo que Tasha clavó sus ojos en
su té e hizo una extraña mueca con su labio, como si tuviese la respuesta en la
punta de la lengua pero aun así no quisiera decirla del todo.
-
No muy diferente que digamos – le respondió de primera, a lo que Steve le
miro, acercándose un poco – Pero hay ciertas cosas que no termino de entender – se
detuvo un segundo, ordenando sus palabras - O
sea, por lo que he visto, aquí la gente es exactamente igual en lo que respecta
a personalidad y a los rasgos que los hacen ser las personas que son, pero…- Tasha
guardó silencio un momento para luego mirar a Steve con los ojos entrecerrados,
como si estuviese tratando de leer su mente.
-
¿Pero? – inquirió él con toda su atención en ella, ¿Qué era
aquello que no la dejaba tranquila?
-
Steph y yo no pudimos resistirnos, nos tomó
solo unos meses de conocernos para comenzar nuestra relación – dijo con voz pensativa, Steve abrió sus
ojos en sorpresa ante esas palabras. ¿Relación? ¿Steph y Tasha? – Pero ustedes dos parecen dar vueltas
alrededor del otro sin darse cuenta – soltó con frustración en su voz – No lo entiendo – ella miró a Steve - ¿Es
que acaso no lo amas? – soltó sin mas, sin duda alguna en su voz, con una
certeza que le clavó de lleno.
La
pregunta lo pilló desprevenido, Tasha lo miraba con ojos determinados,
esperando alguna clase de respuesta, alguna clase de señal que le indicara que
sin importar el lugar, la dimensión, el tiempo o cualquiera de esas cosas, ella
y Stephanie estaban destinadas a estar juntas, y que por consiguiente Steve y
Tony también lo estaban.
-
Yo… - Steve no sabía cómo responder. Allí frente a él estaba
Tasha, con esos ojos tan parecidos a los de Tony, dándole una certeza sobre
aquello que daba cueltas entre Tony y él, y a su vez diciéndole que asumiera
sus emociones, que reaccionara, que se diera cuenta que si ella podía ser feliz
con su propia contraparte femenina, ¿Por qué no podía ser feliz él también?
Se había
quedado completamente en blanco, con la cabeza repleta de miles de escenarios,
pensando en Natasha y en Stephanie, en él y Tony, en todo lo que era para ellas
y en todo lo que podría ser para ellos, las posibilidades eran infinitas.
-
¿Lo amas Steve? – volvió a preguntar, y esta vez Steve tenía
una respuesta, una que quizás tendría mas sentido decírsela a su propio Tony.
-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-
-
¡¡Toni!! ¡¡TONI!! ¿¡Donde estas!? – los gritos resonaron en la mansión con
fuerza. Una voz femenina y firme, la voz de una mujer acostumbrada a dar
ordenes y a ser obedecida, una voz que no pasó desapercibida por nadie.
-
¿Steph? – Tasha se asomó por la puerta de la habitación de Tony, en la que había
pasado la noche, echando al dueño a dormir en otra parte, con la esperanza de
que durmiera en la habitación de Steve y no en la sala o en alguna de las
habitaciones de huéspedes.
Allí en
medio de la sala en toda su maravillosa gloria estaba Stephanie Rogers, la
Capitana América, vestida en su ajustado traje azul, blanco y rojo, con escudo
en mano, dispuesta a romperle el cuello a cualquiera que se interpusiera entre
ella y su novia.
Sus ojos
azules fríos y determinados miraban en todas direcciones, Tony y Steve habían
salido de la habitación de este ultimo al escuchar los gritos, deteniéndose al
ver como los ojos de la Capitana se suavizaban de inmediato al ver a la morena.
-
¡Toni! – exclamó acercándose a la otra mujer y abrazándola con
fuerza con su brazo libre, el otro aun sujetaba el escudo. – No sabía dónde estabas, y aquella luz, y no
aparecías – soltó haciendo que las palabras se agolparan.
-
Estoy bien, un pequeño error nada mas, no
hay de qué preocuparse – le
dijo acariciando la mejilla de Stephanie para luego quitarle la máscara que aun
estaba usando y plantarle un beso de lleno en los labios. Como había extrañado
a la rubia.
Ambas
estaban dispuestas a simplemente dejarse sumergir en su propio mundo cuando
Stephanie notó la presencia de los dos hombres, lo que miraban la situación con
interesa y algo de vergüenza.
-
Toni…¿Ellos son…- la pregunta quedó en el aire, mientras que
la rubia se separaba un poco de la morena y miraba con suma atención a los
otros dos. Tony sonrió ampliamente.
-
Tasha tenia razón, mira lo alta y atractiva
que eres Steve – soltó Tony
sin miramiento alguno, a lo que Stephanie enarcó una ceja, y Steve simplemente
se llevo una mano al rostro, intentando cubrir su vergüenza.
-
No creo que hay que ser un adivino para
darse cuenta de él es mi contraparte masculina en esta dimensión – dijo Natasha con quien no quiere la cosa, a
lo que su pareja le miró con esa clara expresión de “No me digas, no me había
dado cuenta” en sus ojos azules.
-
Es interesante notar, que sin importar el
sexo eres exactamente igual – le devolvió la rubia. – Un placer
conocerlos caballeros – dijo ella con un leve movimiento de cabeza.
-
El placer es nuestro – respondió Steve antes de que Tony pudiese
decir algo que los dejara a todos en vergüenza.
-
Por mas entretenida que sea esta reunión
¿Cómo llegas aquí Steph? – inquirió
la morena,
-
Le pedí ayuda a unas cuantas personas, las
que de seguro podrán explicártelo con lujo de detalles en ese idioma que solo
tu entiendes – le
respondió sonriendo – así que es mejor
que nos vayamos, no quiero interrumpir mas de lo necesario – dijo enviando
una sonrisa traviesa a los dos hombres, los que desviaron la mirada.
-
Por supuesto querida – le respondió Tasha, para luego mirar a Tony
– Ha sido mas que un placer conocerte.
-
Igualmente. – Natasha no puedo evitar rodear el cuello de Tony y abrazarlo
con fuerza – No dejes que tus dudas te
impidan ser feliz - le susurro al
oído, sabiendo que a pesar de que estaba hablando bajo, lo mas probable es que
Steve pudiese oírle igual, pero no importaba, aquello que quería decirle a
Tony, era también un mensaje para el rubio – Él puede hacerte feliz – le dijo para luego separarse.
Natasha
miró a Tony, y luego a Steve.
-
Yo diría que aprovecharas la oportunidad – le dijo al rubio – ustedes dos tienen mucho de que hablar.
Y tras
eso se volteó a donde la rubia, la cual con una sonrisa sacó un pequeño aparato
del bolsillo y apretando unos cuantos botones una enorme luz las envolvió.
Aquello solo duró unos pocos segundo, cuando la luz se disipo por completo,
solo quedaban Steve y Tony de pie en el pasillo, las mujeres habían regresado a
su hogar.
Ambos se
quedaron en silencio por unos cuantos segundos, para luego mirarse atentamente,
Tony sonrió de medio lado, algo nervioso.
-
Así que tenemos cosas de que hablar ¿Eh? – soltó con voz suave, como temiendo espantar
al rubio.
-
Eso parece – Steve sonrió, para luego sujetar la cintura de Tony y
acercarle a su cuerpo – Aunque podemos
dejar la conversación para después.
-
Me parece una excelente idea – le respondió el moreno sujetando el cuello
de la polera que el otro estaba usando para inclinarlo hacia el y así plantarle
un beso en los labios – La conversación
puede quedar para después.
Fin.
Notas finales: Espero que les haya gustado, no duden en dejarme algún
comentario que me encanta saber que opinan mis lectores con respecto a mis
obras, y tengan en mente, que este será
el primero de muchos fics de súper héroes que están por venir, tengo demasiado
fics a medio empezar en mi ordenador y al fin me ha regresado la inspiración
para continuarlos.
Muchos
besos.
Ororo.
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